La medicina estética está creciendo exponencialmente sin un final claro a la vista. La aceptación cada vez mayor, la disponibilidad y la asequibilidad de los muchos tratamientos cosméticos mínimamente invasivos ha fomentado la llamada "Era del glamour.".
Esta época marca el comienzo de la premisa de que los tratamientos de medicina estética son parte de una rutina normal que trabaja para mantener una apariencia natural y saludable.
Esta proliferación de aceptación de los consumidores se ha traducido en un aumento de los avances tecnológicos y de los tratamiento, el establecimiento de la medicina estética como una sub-especialidad, con un cuerpo definido de conocimientos y un nivel de competencia procesal. Esta sub-especialidad ya no se limita a los campos de la cirugía plástica y dermatología, ya que muchas de las especialidades ofrecen tratamientos de medicina estética con el fin de adaptarse mejor a las necesidades estéticas de sus pacientes.